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Mostrando entradas de abril, 2011

Reflexiones

Qué criatura tan lastimosa es el hombre; nace con plena conciencia de su propia mortalidad, y por lo tanto se ve condenado a vivir durante toda su insignificante existencia temiendo a lo desconocido. Impulsado por la ambición, con frecuencia desperdicia los preciados momentos que posee. Haciendo caso omiso de su prójimo, se complace en exceso en su egoísta afán por conseguir fama y fortuna, y permite que lo seduzca el mal para llevar la desgracia a las personas que ama de verdad; su vida, tan frágil, siempre está pendiente de un hilo, al borde de una muerte cuya comprensión no le ha sido dada. La muerte es la que lo iguala todo. Todo nuestro poder y nuestros deseos, todas nuestras esperanzas y nuestros anhelos terminan muriendo con nosotros, enterrados en la tumba. Ajenos a todo, viajamos de manera egoísta hacia el gran sueño, concediendo importancia a cosas que no la tienen, sólo para que en el momento más inoportuno nos recuerden lo frágil que es nuestra vida en realidad. Como c