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Mostrando entradas de octubre, 2010

En el principio V

Desde el primer momento fue una relación ideal. Las nuevas cosas poseían conciencia de sí mismas, lo cual facilitaba la labor de manipularlas, algo muy gratificante para ÉL. Se mataban mutuamente con mucho más entusiasmo, y ÉL no tuvo que esperar mucho a su nuevo anfitrión, ni a volver a intentar reproducirse. Empujó a su anfitrión a matar, y esperó, con el ansia de experimentar aquel maravilloso y extraño torbellino. Pero cuando la sensación llegó se revolvió perezosamente, despertó una levísima sensación en ÉL, y después se desvaneció sin florecer ni reproducirse. ÉL estaba perplejo. ¿Por qué no había funcionado la reproducción en esta ocasión? Tenía que existir un motivo, y buscó una respuesta con eficacia y organización. A lo largo de muchos años, mientras las cosas nuevas cambiaban y crecían, Él experimentó. Y poco a poco descubrió las condiciones de que había encontrado la respuesta, pero cada vez que repetía la formula definitiva, una nueva conciencia nacía y huía al mund

En el principio IV

Durante un tiempo, le bastó con desplazarse en las cosas-monos a matar. Pero hasta eso terminó siendo aburrido debido a la simple repetición, y de vez en cuando ÉL pensaba de nuevo que tenía que haber algo más. Existía aquel fascinante estremecimiento de algo indefinible en el momento de matar, la sensación de algo a punto de despertar, y después se adormilaba otra vez, y ÉL quería saber qué era. Pero pese a las numerosas ocasiones, pese a las numerosas cosas-mono diferentes, jamás podía acercarse a esa sensación lo suficiente para descifrar qué era. Lo cual provocaba que ÉL deseara saber más. Transcurrió muchísimo tiempo, y ÉL empezó a amargarse de nuevo. Las cosas-mono eran demasiado sencillas, y lo que ÉL hacía con ellas no era suficiente. Empezó a sentirse ofendido por su existencia estúpida, absurda y repetitiva. arremetió contra ellas una o dos veces, con el deseo de castigarlas por sus sufrimientos tontos y carentes de imaginación, y azuzó a su anfitrión a matar familias

En el principio III

Sufría, viendo las cosas estúpidas con sus vidas irritantes y bulliciosas. Su resentimiento aumentó, se transformó en ira, y por fin la ira se convirtió en rabia hacia las cosas estúpidas y absurdas, y su existencia incesante, eterna, insultante. Y la rabia aumentó y se enconó, hasta que un día ÉL no pudo soportarlo más. Sin detenerse a pensar lo que estaba haciendo, se levantó y se acercó a uno de los lagartos, con el deseo de aplastarlo. Y ocurrió algo maravilloso. ÉL estaba dentro del lagarto. Durante mucho tiempo, ÉL olvidó la rabia por completo. Por lo visto, el lagarto no se daba cuenta de que tenía un pasajero. Se dedicaba a matar y copular, y ÉL lo acompañaba. Era muy interesante encontrarse a bordo cuando el lagarto mataba a uno de los más pequeños. A modo de experimento, ÉL se trasladó a uno de los más pequeños. Estar en el que mataba era mucho más divertido, pero no lo suficiente para engendrar alguna idea útil. Estar en el que moría era muy interesante e inspiraba al