Oroitzen...?/¿Recuerdas...?

Era, fue y/o fuese y fuera, en fin, hubo sido (si es que, finalmente, fue) como un sueño.

Yo estaba allí, si es que finalmente estaba, y La Voz, que es también El Corazón y Los Ojos, y mil cosas más que me apetecería seguir poniendo con Mayúsculas. La Playa nacía y yacía al final del ancho mar, o viceversa, que se agitaba débil y sabio pero en realidad poderoso, como, yo que sé, como la madre de la luna. Y nosotros dos esperábamos algo. Nosotros dos, cómo nos crecía aquella blanca parda cala más allá de los pies, como si la tuviéramos pegada. Esperábamos, quizás, que El Corazón, que es también La Luz, encontrara ese sitio de donde uno vuelve sin querer, porque llega antes de salir. Cerró los ojos. Cerró los ojos y me dijo que estaba oscuro. Le dije: ¿pero ves alguna lucecita? No, pero... está el mar, que no lo veo, pero... casi.

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