En el principio II

Transcurrió más tiempo. Las incontables cosas que se arrastraban fueron aumentando de tamaño y mejorando las técnicas de matarse mutuamente. Interesante al principio, pero sólo debido a las sutiles diferencias. Se arrastraban, saltaban y reptaban para matarse mutuamente. De hecho, una de ellas hasta voló por los aires para matar. Muy interesante, pero... ¿y qué?

ÉL empezó a sentirse incómodo con todo esto. ¿Cuál era el objetivo? ¿Debía participar en lo que presenciaba? Y si no, ¿por qué estaba observando?

ÉL decidió descubrir la razón de su presencia, fuera cual fuera. Por lo tanto, cuando estudiaba las cosas grandes y las pequeñas, estudiaba en qué era diferente de ellas. Todas las demás cosas necesitaban comer y beber, de lo contrario morían. Y aunque comieran y bebieran, al final también morían. ÉL no moría. Existía y existía. No necesitaba comer ni beber. Pero poco a poco, ÉL tomó conciencia de que necesitaba... algo, pero ¿qué? Intuía que existía una necesidad, y que la necesidad era cada vez más imperiosa, pero no sabía cuál era. Sólo ese presentimiento de que algo faltaba.

No llegaron respuestas, a medida que eones de grupos de escamas y nidadas de huevos desfilaban. Matar y comer, matar y comer. ¿Cuál es el objetivo? ¿Por qué he de presenciar todo esto sin poder hacer nada al respecto? ÉL empezó a sentirse un poco amargado por todo cuanto acontecía.
Y de repente, un día se le ocurrió una nueva idea: ¿de dónde vengo? Había deducido hacía mucho tiempo que los huevos de los que surgían los demás eran producto de la copulación. Pero ÉL no había salido de un huevo. Nada había copulado para crearlo. No había nada capaz de copular cuando ÉL cobró conciencia. ÉL había sido lo primero en existir, al parecer desde siempre, salvo por aquel recuerdo vago e inquietante de caer. Pero todo lo demás había salido de un huevo o nacido. ÉL no.
Y con este pensamiento, dio la impresión de que la muralla entre ÉL y los demás aumentaban de altura, hasta alcanzar proporciones imposibles, separándole de ellos por completo y para siempre. ÉL estaba solo, completamente solo para siempre, y eso era doloroso. ¿No existiría alguna forma de que ÉL copulara también y creara otros seres a su imagen y semejanza?

Y aquel pensamiento, MÁS COMO ÉL, se le empezó a antojar infinitamente más importante. Todo el mundo creaba más. ÉL también quería crear más.

Comentarios

  1. SUPER INTERESANTE E INTRIGANTE TU NUEVA HISTORIA!!!!! SIGUELA, POR FAVOR, Y AVISANOS!!!!!

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